domingo, 20 de mayo de 2012

Los Candanedo Miranda entre los siglos XIX y XX

Ismael Candanedo Miranda.  Político, poeta, hacendado y abogado.  Como revisamos Don Ismael, promovió la construcción de la acequia del rio Papayal lo que provoco algunos comentarios en contra de la obra, lo que refleja el pensamiento de la época, pues se considero que abrir este canal era ir en contra de la naturaleza y, por supuesto, en contra de Dios. [1] 

En 1917, el señor Candanedo Miranda interpuso, ante el gobernador de la provincia, una resolución de denuncia en contra de Constantino Gutiérrez, quien había comprado a la nación tierras aledañas a las suyas donde sus caballos y cerdos dañaban el cauce de la acequia y ensuciaban el agua. El señor Gutiérrez había encerrado parte de la acequia, lo que impedía repararla y liberar el curso hasta los predios del Señor Ismael Candanedo.  El alcalde de David consideró que la acequia eran aguas comunes y corrientes y no tiene nada que ver con las artificiales de propiedad particular.  Don Ismael, pese a contar con vínculos directos con los jefes políticos de la tendencia liberal, veía su estabilidad hogareña afectada cada cuatro años que había cambio de gobierno.  Además, pese a su trayectoria de eficiente funcionario como alcalde, juez; sus adversarios personales y políticos emprendieron una persecución política hacia él.  Circunstancia que no solo arruino su vida política y económica, sino que tuvo que optar por trasladarse a la ciudad de Panamá con el propósito de gestionar su jubilación o algún cargo en el gobierno, pero en dicha ciudad.  Alternativa que no fue efectiva, razón por la que empezó a ejercer nuevamente como abogado.  Esta situación afecto la educación de sus hijos menores y ocasionó el abandono de su finca.

Efraín Candanedo Candanedo: hijo de Ismael Candanedo Miranda, nació el 26 de agosto de 1901, su formación académica la recibió por parte de su padre, tuvo la oportunidad de recibir clases de ingles y francés por parte de la señorita Mercedes Morgan, quine semanalmente se trasladaba a Bijagual a impartir clases a diversos jóvenes.  Inicial seguidor del liberalismo de su padre, formo parte inicialmente de la facción liberal de Dr. Porras Barahona.  Sin embargo, cuando ya el liberalismo de Porras estaba en decadencia, había surgido al poder el partido Liberal Renovador, el chiarismo (1924 – 1928).  El partido liberal se había desintegrado en diversas facciones.  De esta manera, el líder político Don Rodolfo Chiari, por diversas cartas dirigidas a Don Ismael Candanedo, le reclamaba que sus hijos, Efraín, Cesar y otros se inclinaron por la facción de Acción Comunal.  Así ocurrió, el 2 de enero 1931, ellos apoyaron decisivamente el derrocamiento del presidente, Florencia Harmodio Arosemena Guillén, puesto que don Efraín Candanedo Candanedo dirigió la toma de la policía secreta.  A partir de ese momento Don Efraín, militó en el partido arnulfista, incluso bajo el gobierno de este mandatario ocupó el cargo de jefe administrativo de la Caja del Seguro Social. Se caso con Gabriela González Bárcenas, de ascendencia colombina.

Ramiro Candanedo Candanedo, nació en La Montera, Bijagual, el 11 de marzo de 1915.  Él se ocupo de conservar los documentos de sus antecesores.  Dejó para la posteridad una gran riqueza patrimonial.  Elaboro el difícil árbol genealógico de los Candanedo, familia muy prolífica.  Además, promovió la creación de una asociación de los Candanedo, con el objetivo de procurar su unidad y solidaridad familiar.  Se casó con Aurelia Navarro, de la ciudad capital.

María Sofía Candanedo Candanedo, llamada cariñosamente Isolina, nació el 25 de junio de 1903.  Por más de treinta años laboro en la librería regional.

56Familia de Ismael Candanedo Miranda


57Ramiro Candanedo Candanedo 

 58María Sofía Candanedo Candanedo

                      
59 Cesar Augusto Candanedo Candaned


60Familia Candando Candanedo


Buenaventura Candanedo Miranda.  Hacendado dueño de hato de ganado en Chimán o Cocabarú y casa solariega en David.  Se caso con Adriana del Carmen Samudio Rivera, hija del  hacendado de Gualaca Francisco Samudio Caparroso.  A su muerte heredo todos sus bienes a su esposa Adriana Samudio quien vendió las propiedades en Chimán a Alberto Sitton.

Según la tradición oral, Buenaventura Candanedo Miranda era de afiliación liberal, igual que sus hermanos Ismael y Ernesto sufrió de persecución por los conservadores una vez que estos alcanzaron el poder.  De acuerdo a relatos de su hija Dorila Candanedo Samudio viuda de Bonilla, los godos (conservadores) llegaron a la residencia en David y al no encontrar a Buenaventura, quien estaba en su hacienda de Chimán, saquearon la bodega de granos que tenían en su casa de un alto.

Las hermanas Adriana, Dorila, María del Carmen Candanedo Samudio, se dedicaron a la educación, proporcionando para iniciar la escuela en el barrio de Doleguita habitaciones en la parte baja de la mencionada casa de alto y en otra casa de su propiedad que actualmente hace esquina con calle I norte y avenida segunda oeste, actualmente en propiedad del arquitecto Rolando Benítez.

Sus hijos: Alfredo, Adriana, Dorila, Julia, Lucrecia, Jaime, Lucila, María del Carmen y Delmira Candanedo Samudio, formaron troncos familiares cuyos hijos y nietos han resaltado en distintas actividades comerciales, educación, arquitectura, medicina, ganadería y agricultura.  Los Candanedo Samudio crearon troncos familiares con familias chiricanas y panameñas como los Anguizola, los Franceschi, los Medina, los Caballero, los Alba, los Vega, los Moreno, los Acosta, los Hurtado.  Sobresalen entre sus descendientes el Arquitecto Carlos Medina Candanedo y el Dr. Erick Medina Candanedo.

61Hermanas Candanedo Samudio


62Alfredo Candanedo Samudio 

63Lucrecia Candanedo Samudio
               

64Adriana Candanedo Samudio

65Jaime Candanedo Samudio
                

66Lucila Candanedo Samudio 

67Delmira Candanedo Samudio


68Adriana Candanedo Samudio, Maritza Franceschi Candanedo y Dorila Candanedo Samudio



Ernesto Candanedo Miranda.  Hacendado dueño de hato de ganado en Bijagual, participo en la Guerra de los Mil Días y se destaco como político, siendo alcalde de Boquerón.  Se caso con Josefina Moreno Gutiérrez natural de Dos Ríos. Procreando a Celmira, Rosa, Abel, Elvia María, Julio Cesar, Leslis y Mariano Isaías Candanedo Moreno.

69Hermanos Candanedo Moreno


Los Candanedo Moreno se destacaron en enfermería, política, educación, literatura y contabilidad.  Se destaca al escritor y contador y alcalde Abel Candanedo Moreno y Mariano Isaías Candanedo Moreno diputado por el Partido Agrario (1956 – 1960).

Mariano Candanedo Miranda.  Hacendado dueño de hato de ganado en La Montera, fue perseguido conjuntamente con sus hermanos Ismael y Ernesto durante la Guerra de los Mil Días por su militancia en el partido Liberal.  Se caso con Cristobalina Cano  natural de Cochea. Procreando a Catalina, Isasio, Mariano, Edmundo, Tulio, Arabia, Dora y Arquímedes Candanedo Cano.   Los Candanedo Cano y sus descendientes conservan sus posesiones en La Montera, Bijagual, dedicándose actualmente a la ganadería, agricultura, comercio, educación y política.  Actualmente Edmundo Candanedo Acosta conserva el liderazgo político en Bijagual, como representante de corregimiento.

70Arquímedes Candanedo Cano

71Cristobalina Cano de Candanedo

      

Florentina Candanedo Miranda.   Se caso con Francisco Candanedo Guerra, hijo de Rafael Antonio Candanedo Famanía. Procreando a Lilia Flora, Ana María, Evangelina, Aurora, Leticia, Azael, Miguel Ángel, Teodoro y Mariano Candanedo Candanedo.   Los Candanedo Candanedo y sus descendientes se destacan actualmente a la ganadería, agricultura, comercio y educación.

Liria Flora Candanedo Candanedo, en 1926 se inscribió en la Normal Rural de David y culmino sus estudios el 6 de febrero de 1929, obtuvo el grado de maestra rural.  Su labor educativa la realizo en La Montera, Bijagual, siendo la casa de habitación de sus padres, la primera sede oficial de dicho corregimiento.  Como docente activa e interesada en el desarrollo cultural y educativo de su pueblo natal, logro no solo impartir clases habituales a los niños de los sectores de La Montera y lugares aledaños, sino que a su vez, dedico tiempo extracurricular en la enseñanza nocturna de alfabetización de adultos.  Preparando veladas artísticas, organizando conjuntos típicos y enseñaba a las niñas a tejer y a bordar. Incrementó mejores hábitos de higiene.

72Lilia Flora Candanedo Candanedo

73Escuela de La Montera

     
Mariano Candanedo Candanedo, de destacada trayectoria educativa, consagro sus proyecciones comunitarias a Bijagual, gracias a su directriz y empeño logro que Bijagual contara con una escuela, que hoy lleva su nombre.  Hizo su formación educativa en el colegio de los Hermanos Cristianos.  Desarrollo su carrera de docente en diversos centros rurales como: Camarón, Escobal, Cabuya, Gualaca, Guayabal y Bijagual.  Se caso con Rosa Ríos, sus hijos Diomedes y Nilsa Candanedo Ríos siguieron la profesión de su padre llegando a ser profesores y su hijo Héctor Candanedo Ríos es licenciado en Contabilidad, ganadero y comerciante.  Su otra hija Nuria se consagro a la vida familiar.

74Mariano Candanedo Candanedo

 75Primera escuela de Bijagual








[1] Molina Castillo, Mario José (2010), Hijos del Campo 1750 – 1950: Bijagua y Cochea en la historia de Chiriquí (una sociedad rural).

Los Candanedo en la literatura, música y cultura regional

Miguel Matías González Candanedo Mediana, de acuerdo con Molina Castillo “en los sectores de Bijagual y Cochea se produjo una tradición cultural literaria que se inicio desde la segunda mitad del siglo XIX”.  Don Miguel Matías Candanedo Medina, quien en su versificación se inclina por la literatura místico - bucólica. Poesía propia de la cultura popular y en la que hace alusión al barrio de Zambrano en Bijagual.[1]

                        En el barrio de Zambrano,
                        por casualidad un día,
                        encontré la “Tulivieja”
                        en la casa de García.
                        Ese fantasma atrevido,
                        tiene barba y cabellera,
                        una enorme enredadera,
                        que peine no ha conocido.
                        Dicen las escrituras
                        y cuentan las tradiciones,
                        que desde las Santas Cruzadas
                        se acabaron las apariciones,
                        duendes y pavas enanas,
                        chivatos, luces y abusiones.
                        El que querrá convencerse
                        de que sí existen estas cosas,
                        que venga conmigo,
                        a casa de García.[2]




Otra poesía que deja resaltar los prejuicios raciales y la  satírica.

Dilema

                        ¡Oh David está perdido!
                        o no está tan atrasado;
                        donde mismo un rayo ha caído,
                        al momento se ha bailado.

                        Nueva causa bautizaba
                        hoy bendijo un sujeto,
                        y gran bailable por supuesto
                        en la noche celebraba.

                        El Tonanté chocarrero
                        de olímpico gabinete
                        lanza un rayo al “mojinete”
                        y bautiza primero.

                        Bautizada así con fuego
                        a la hora en que el sol se pone,
                        en la casa se dispone
                        que se baile…desde luego.
                        Los magnates, las mujeres
                        todos muy prestos acudieron;
                        dícese que amanecieron
                        embriagados…de placeres.

                        Tal es el caso lectores
                         y por cierto, raro caso,
                        nos aterra, y hasta acaso
                        a sabios observadores.

                        El católico, cristiano
                        el clero, su Santidad,
                        no ven electricidad,
                        solo ven de Dios la mano.
                        Vamos pues, lector querido,
                        al dilema ya enunciado:
                        oh David está perdido
                        o no está tan atrasado.

                        Si el Dios de los cristianos es
                        quien forma la tempestad,
                        quien airado rayos lanza
                        a la pobre humanidad,
                        claro es que si el rayo envía
                        a donde se va a bailar,
                        todo allí debe cesar,
                        por manifiesto indicio
                        del ceño de la Deidad.

                        Y más claro está todavía,
                        que no deberían danzar,
                        ciertas cristianas que fueron,
                        al festejo a amenizar.
                        ¿Son cristianas o no son?
                        ¿Van a misa por pasear?
                        ¿O son creyentes a medias,
                        Para hacer su voluntad?
                       
                        Si tales cristianas piensan,
                        que el Dios de la Trinidad,
                        no es quien rayos envía,
                        y que la electricidad
                        chocándose allá entre nubes,
                        salta con velocidad,
                        por doquiera y al acaso,
                        bien hicieron en bailar.

                        Dios lo quiera y así sea
                        entonces si…dispensad,
                        dispensad señoras mías
                        si os juzgara un tanto mal.
                        En tal caso yo os dispenso
                        T daré publicidad
                        Con toditos mis pulmones,
                        no al dilema… a esta verdad.

                        Las creyentes de David
                        no están ya por conquistar:
                        CONOCEN LO QUE ES EL RAYO
                        BAJO EL QUE SUEÑEN BAILAR.

David, 25 de julio de 1873.

A la plana gubernamental de David, en el año 1862

                        Estamos en Nigricia
                        en el Congo o en Guinea
                        pues no hay negro que no sea
                        oficial de la justicia.

                        En David, en este día
                        no hay oficina o empleo
                        donde no haya un zambo feo
                        destilando altanería.

                        Por el prefecto empezando
                        tenemos a don Ventura
                        cuyo color de asadura
                        lo que digo está probado
                       
                        El mulato Ignacio Herrera
                        su secretario afanado,
                        tiene el pelito engrifado
                        y la mirada altanera.
                       
                        El secretario del Juez
                        Esquivelito Simón,
                        aunque es siempre bonachón
                         tiene al fin, oscura tez.

                        Secretario reelegido
                        del Cabildo es Figueroa,
                        una serpiente, una boa
                        del color más renegrido.

                        Solamente la Alcaldía
                        por ahora se halla exenta,
                        de aquesta gente sombría,
                        cabellera de pimienta.
                        Más no por aquí la cuenta,
                        falta la gendarmería.

                        Por ese ayudante Vega
                        en el fondo yo me alegro,
                        porque admite que es un negro
                        y que no nació en Noguera.

                        De comisario mayor,
                        a redondilla tenemos,
                        y de él todo sabemos,
                        que es de tinta su color.

                        Pero es bueno ser discreto,
                        por si me hacen la negrada,
                        a la salida o a la entrada,
                        cualesquiera de estos prietos.

                        Dios me libre de un bombazo,
                        ante todo a mí el poeta,
                        pues si estiran bien la geta,
                        me revientan de un getazo.


Se hace la observación que la sátira hace victimas en este epigrama escrito, 1862 a los funcionarios y militares colombianos (caucanos) que en este tiempo se encontraban de guarnición en David.

Rafael Silvera Candanedo, hijo del matrimonio entre don Pedro Silvera Castillo y de doña Claudina Candanedo Guerra.  Debió haber recibido su formación en la escuela privada de don Rafael Benítez Palacio y seguido en el colegio secundario, bajo la dirección de Nicolás Victoria Jaén.  Él forma parte de la segunda generación de poetas románticos que surgieron en ese David de las tres primeras décadas del siglo XX; entre ellos, Santiago Anguizola Delgado, María Olimpia De Obaldía, Héctor Falcón, Benigno Thils, José San Martín, Cesar Saavedra Zárate, Manuel Tribaldos Navarro, José María Tribaldos Navarro, Justo Cazorla, Francisco Clark, Ida Belli, Benigno Palma Iturralde, Isaías Jurado Quintero, José Modesto Molina Gutiérrez, entre otros.  En ese primer tercio del siglo XX, se conformo en David una elite culta cuyos aportes literarios favorecieron el desarrollo cultural.

Don Rafael Silvera Candanedo se agito en la política, como miembro del partido liberal que lo llevo a ocupar el cargo de Alcalde del distrito de David en 1909, 1922 y 1923.  Él es el progenitor del destacado pintor y tenor panameño Eudoro Silvera.

49Rafael Silvera Candanedo


Muerte y resurrección eternas


                        El parpadeo de la hoja por el viento,
                        el retumbo del trueno en la montaña,
                        la calma funeral de este momento,
                        del aguacero pronostican saña.

                        Un haz de nubes la extensión empaña
                        y la tarde administra el sacramento
                        de extremaunción al día que la guadaña
                        de la noche lo dejan sin aliento.
                        Hijo de Dios el muerto obtiene lloros;
                        baja al húmedo polvo de tinieblas
                        y ante cirios astrales lo velaron;
                        pero también divino, entre los coros
                        del despertar y cristalinas nieblas
                        los hombres otra vez lo contemplaron!


Efraín Candanedo Candanedo, este es un personaje que hace honor a los valores y principios emanados del seno de un hogar, que por tradición desde sus ancestros paternos y maternos fueron guiados alrededor del cultivo de las letras e ideales democráticos-liberales; sin embargo, fecundaron en él, ideas revolucionarias políticas anti oligárquicas, que lo llevó a identificarse con el movimiento Acción Comunal.  Su afición a la lectura lo llevó a convertirse en un autodidacta, conocedor de la literatura e historia; materiales que hicieron de él, un hombre ilustrado, conocedor de la métrica poética y de las corrientes tradicionales e innovadoras de la poesía.  Su formación en contabilidad la realizó en algunas instituciones nocturnas, lo que le permitió contar con la preparación para ejercer en la recién fundada Caja de Seguro Social 1941 un cargo administrativo.  Dado su elevado grado de responsabilidad y capacidad en sus funciones administrativas, don Ernesto de la Guardia Navarro creó el cargo de “director administrativo de los servicios médicos”, ejercidos por él, hasta su jubilación en 1973.  Fecha en que don Demetrio Basilio Lakas, presidente de la República de Panamá, lo condecoró con la orden a la “Seguridad Social”.

50Condecoración de don Efraín Candanedo Candanedo.

Don Efraín Candanedo Candanedo, con una vasta cultura e ilustración literaria-poética en 1969, presentó al concurso Ricardo Miró, su obra poética, “Joyelero Antiguo”.  En ella hacia juicios críticos sobre los escritores de la poesía contemporánea y da a conocer su opinión, un tanto conservadora, sobre aquellos poetas que en sus incursiones literarias se manifestaron bajo la tendencia y nuevos movimientos literarios como: laicización y cubismo.  Sobre la poesía moderna anota: “son introvertidas, abstractas y liberales de referencias reales, se orientan al subconsciente” (Efraín Candanedo, 1969).

Su contribución a la literatura no se conoce aún, puesto que su obra es inédita.  Don Efraín Candanedo Candanedo, incursiono en la versificación con pleno conocimiento de la aplicación de los endecasílabos y rima asonante en la producción de sonetos.  Son cuarenta y cinco poemas, en su mayoría sonetos, con una intima evocación a la mujer amada y a la vez coexistencia, pues su paisaje amoroso lo personaliza y hace de la vida su sujeto circunstancial inspirador.[3]

Serenidad
                       
                        Son muy simples los más ricos placeres
                        que logramos en esta vida ansiosa;
                        no te sirven riquezas ni poderes,
                        solamente alma clara y luminosa.

                        Despojados de toda vanidad
                        y libres de ambiciones sin sentido
                        nuestra alma volará con libertad
                        a un mundo que no habíamos conocido.

                        Sí está fresco y florido mi jardín,
                        tengo un libro, y arriba en la enramada
                        los pájaros entonan dulce canto.

                        Si al lado, con su rostro de jazmín
                        Sonriendo esta mi dulce bien amada,
                        ¿qué más puedo pedir? ¿ quien tiene tanto?

Desvaríos

                        No me pidas que olvide aquel ensueño
                        que unido al desamparo de mi vida
                        me guía como un fanal en el empeño
                        de encontrar la esperanza ayer perdida.

                        No puedo comparar aquel santuario
                        ni echar mis emociones al olvido,
                        porque allí como joya en el relicario
                        mi extraviada ilusión formo su nido.

                        Mucho tiempo con ánimo y coraje,
                        con sueños insensatos de grandeza,
                        anhelante corrí tras gloria y fama.

                        Quería ofrecerte cálido homenaje
                        conforme con tu exótica belleza
                        cual viejos paladines a su dama.

Alejamiento

                        Te alejas con un gesto displicente
                        por el sendero
                        cual sí nunca estrechándome en tus brazos
                        contra tu pecho,
                        me juraras con loca exaltación
                        y ardientes besos,
                        que jamás en la vida acabaría
                        tu amor inmenso.

                        Senderos nuevos hay para tu vida
                        bajo otros cielos,
                        que colman tu noción de la ventura
                        y de tus sueños,
                        y afanosa detrás de una quimera
                        con loco anhelo
                        vas en busca de incierto porvenir
                        allá muy lejos.

                        Me consuelo viviendo cada día
                        como el postrero;
                        contemplando del cielo luminoso
                        el azul terso.

Madre mía

                        Tú dulce madre amada dime adonde
                        quedaron mis quimeras de otros años;
                        pregunto a mi conciencia y me responde
                        que en la vida no hay más que desengaño.

                        Y un pasado apacible y exquisito
                        trocose en una pena dura y honda,
                        y en una oscura angustia a cuyo grito
                        no hay una voz amiga que responda.

                        Pero no…soy injusto madre mía;
                        como solo remedio a tanto mal
                        y suave paliativo a mi dolor.

                        Por fortuna conservo todavía
                        un bien que para mí no tiene igual
                        yo tengo madre mía todo tu amor.


Cesar Augusto Candanedo Candanedo, escritor chiricano hijo de Ismael Candanedo Miranda y María Sofía Candanedo Guerra, nació en La Montera, Bijagual, el 12 de mayo de 1905 y murió en Panamá en 1993.  Fue un autodidacta, quien a los 18 años comenzó a trabajar con la Fundación Rockefeller, instituto panameño – norteamericano dedicado al planeamiento y ejecución de proyectos de salud pública en regiones rurales del país.  Es el autor de obras de cultura popular, cuyos escenarios fueron La Montera, Bijagual, Cochea y otros pueblos vecinos. Sus obras Los Clandestinos, El cerquero, Memorias de un caminante y Palo duro.  En 1986, con su novela “El perseguido”, se hizo acreedor al premio nacional de literatura Ricardo Miro.  Dado su identidad con el terruño de sus ancestros, La Montera, de Bijagual, él solicito que sus cenizas fueran regadas en el curso de la quebrada del mismo nombre.

51Cesar Augusto Candanedo Candanedo


Durante 40 años trabajó en Salud Pública. Así pudo recorrer el país ganando valiosas vivencias nacionales, testimoniadas en numerosos relatos, publicados en su mayor parte con el seudónimo de Bachiller Carrasco. Cesar Candanedo insaciable lector siente especial admiración por el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos.  Fue galardonado, en dos ocasiones, en el Concurso Ricardo Miró, con dos segundos puestos en el género novela. En 1948-49 con Fuera de Ley publicada en 1957 con el nombre de Los Clandestinos, y en 1959-60 con La Otra Frontera, publicada en 1967. Candanedo desarrolla un peculiar naturalismo narrativo de intenso contenido social.  Con Palo Duro recibió el Premio Nacional Guillermo Andreve, 1986. La novela El Perseguido gana el premio único de novela en el Concurso Ricardo Miró 1986. También publica La mitra: un testimonio, en 1979.

Abel Candanedo Moreno, hijo de Don Ernesto Candanedo Mirando y Josefina Moreno de Candanedo. Estuvo casado con la educadora Aurelia Castillo Palma; tuvieron dos hijas la escritora Sydia Candanedo de Zuñiga y la profesora Alcira Candanedo de Gómez.  Las obras de Candanedo Moreno, Humorismo Criollo N° 1 y Humorismo Criollo N° 2, publicadas en 1980 y 1982, ofrecieron a la comunidad educativa y a la sociedad cultural panameña, especialmente a la chiricana, un conjunto de relatos, algunos vividos por él, otros producto de su ingenio creador.

Sus obras poseen humor, testimonios y anécdotas populares que enriquecen una literatura popular amena, propia del costumbrismo rural de su tierra natal Bijagual.  A don Abel Candanedo Moreno se le puede considerar como un hombre idealista y de profundas inquietudes cívicas y patrióticas.  En 1921, se alisto como soldado de Coto y en 1936 se le nombre alcalde del distrito de Boquerón.

52Abel Candanedo Moreno                                

53 Sydia Candanedo de Zuñiga

        


Sydia Candanedo de Zúñiga, es otra exponente de la literatura.  Sus producciones literarias han sido premiadas en el concurso Ricardo Miró, “Una rosada estrella en la vendimia” (poesía, 1969) y “Los Papelillos del Dr. Escarrrea” (cuento, 1999).  Entre otras publicaciones tiene “El girasol caminante” (poesía, 1965), “Memoria de la Casa Grande” (2007), “Arbolino” (1982), “Única Flor” (coral poético, 2003), “Los Pájaros vivientes en la Luna” (poesía, 2005).  También ha incursionado en la crítica literaria con sendos estudios sobre la obra poética de Sinán, de Rosa Elvira Álvarez y de Diana Morán.  Pertenece esta escritora a la generación de otras consagradas mujeres de la lírica: Elsie Alvarado de Ricord, Rosa Elvira Álvarez, Matilde Real de González y Esther María Oses.

Gonzalo Brenes Candanedo, uno de los más importantes músicos que ha dado Panamá, nació el 18 de mayo de 1907, y falleció a los 95 años de edad y luego de 70 años de servicio al arte y la cultura.

El director regional del Instituto Nacional de Cultura (INAC), Manuel Montilla, manifestó que Brenes Candanedo “es el más importante musicólogo nacido en territorio panameño”. Brenes fue el autor de la obra musical infantil La Cucarachita Mandinga.

Gonzalo Brenes Candanedo nació el 18 de mayo de 1907 en David, hijo de Agustín Brenes Jiménez y Aurora Candanedo Gutiérrez.  A los ocho años inició sus estudios de piano con Elena Jované y luego solfeo con el maestro Santiago Sosa, músico panameño educado en Italia. Se graduó como bachiller en humanidades en el Instituto Nacional. Prosigue sus estudios musicales con Nicole Garay, Adriana Orillac y Rafael Estrada.  Sus estudios musicales los realizó en Europa de 1927 a 1931, trasladándose a Alemania e ingresa en el Conservatorio de Leipzing, Sajonia. En 1932 es elegido diputado suplente del partido Agrario Chiricano.  En 1937, realiza el estreno de la obra “La Chucarachita mandinga” en el Teatro Nacional de Panamá, posteriormente en México (1948) edita las primeras tonadas infantiles, “Las Voces Matinales”, “Arrullo de Hamaca” y “Ronda de Niños”.  En 1962, asistió por invitación del Centro Internacional de Música de la Unión Panamericana, en Washington a la Conferencia  de Etnomusicología, celebrada en Colombia, donde expone “los instrumentos de la música folklórica e indígena de Panamá”.[4]

Entre sus obras están: Cinco cantos de Amor, Patria, Cansancio, Himno a la Paz, Tonadas del trópico niño, La novia, Miedo, El fantasma, Canto a la Madre, Por la Universidad, Jeújeúje, Serenata Montuna, Recado Coral, Solo Soy, Elegía la Pájaro Dela, Recado Montuno.

En el 2001 recibió la condecoración Manuel Amador Guerrero.


54Gonzalo Brenes Candanedo
              
55René Brenes Candanedo

         


René Brenes Candanedo, nació el 7 de septiembre de 1915, desde temprana edad estudio piano, teoría y solfeo con el profesor Santiago Sosa.  En 1932, con solo 17 años, participo en el concurso organizado por el Consejo Municipal de David, para elegir el escudo que representaría al distrito, resultando ganador con su creación (fallo dictado el 21 de diciembre de 1932), sin embargo, en la década de los cuarenta, ante la falta de un símbolo provincial, las demás municipalidades comenzaron a utilizarlo como el Escudo de Chiriquí.  

Este escudo se describe de la siguiente manera. Está dividido en cuatro cuarteles con los colores del pabellón nacional panameño. En el campo rojo se destaca una mata de arroz espigado. En el campo azul aparece una mazorca de maíz maduro. En el campo blanco superior, se dibuja la cabeza de una res y en el campo blanco inferior, la locomotora en marcha que representa el empuje económico y social que vislumbró la provincia de Chiriquí con la construcción del Ferrocarril Nacional que partía de Pedregal, llegaba a Dolega, Boquete, Potrerillos Arriba, La Concepción y, más tarde, alcanzó San Andrés y Puerto Armuelles. Sobre el escudo tiende sus alas la imagen halada del progreso. Atrás del escudo se cruzan dos esbeltas cañas de azúcar, el rastrillo y la azada, que simbolizan la vocación hacia el trabajo agrícola de los chiricanos. El lema del escudo es Trabajo y Cultura. En el centro, dentro de un círculo, aparece la silueta azul del Volcán Barú, el punto más alto de la geografía nacional e imagen sempiterna de la belleza chiricana; detrás, un cielo claro y luego un llano verde, tierra de los indios doraces, antiguos pobladores de estos lares.  

En 1989, publicó el poemario El pez del tiempo y otros poemas.  En 1991, editó la obra La ciudad constante y otros ensayos y en 1992 obtuvo el premio de Artes y Letras de la Universidad de Panamá, junto con Rogelio Sinán.  El 18 de diciembre de 1994, fallece René Brenes Candanedo a la edad de 79 años en su residencia de la ciudad de Panamá.


[1] Molina Castillo, Mario José (2010), Hijos del Campo 1750 – 1950: Bijagua y Cochea en la historia de Chiriquí (una sociedad rural).
[2] Beatriz Miranda de Cabal, dictado en Dolega, el sábado 2 de noviembre de 1985. Copio María Jilma de Obaldía.
[3] Molina Castillo, Mario José (2010), Hijos del Campo 1750 – 1950: Bijagua y Cochea en la historia de Chiriquí (una sociedad rural).
[4] Chiriquí Rasgos y Semblanzas (1997), Culturama