Revisaremos como
los descendientes de Mathías González Candanedo logran amplio poder económico, político
y social por casi dos siglos en el occidente panameño, hasta finales de siglo
XIX.
De acuerdo a lo
planteado, en el articulo “Los González Candanedo en la provincia de León” Mathías González Candanedo provenía de una
familia que desde el siglo XVI tenía probada hidalguía, esto de acuerdo al Padrón
de Hijosdalgo de Felipe II (1590) y posteriormente a la Sala de Hijosdalgo, de
la Real Chancillería de Valladolid.
Como hidalgo “ilustrado” recién llegado y nacido en los Reinos de
España, gozaba de cierta notoriedad en la provincia, desempeñándose como
procurador de Alanje en 1748. Logrando hacer
vínculos con el que fuera alcalde ordinario y alférez Real, Don Juan Thenorio
Morales al contraer nupcias en 1754 con su hija Simeona Thenorio. Con el vínculo político logrado y sus
aptitudes logra ocupar también el cargo de receptor de la Real Hacienda y
Teniente Gobernador y Alcalde provincial.
Para el año 1767
ya era reconocido como un gran hacendado, dueño de la mayor casa de Santiago de
Alanje de acuerdo con el gobernador de la provincia de Veragua Félix Bejarano.
Para el año 1772
ya muerto Mathías González Candanedo (15 de julio de 1770) su hijo Miguel
Mathías González Candanedo Thenorio era alcalde ordinario de Alanje. Igual que su padre Miguel Mathías ocupo
varios cargos públicos en la provincia, entre los que podemos mencionar:
regidor y procurador general del Cabildo de Alanje, gobernador del pueblo de indios
de San Miguel de Boquerón (1777) y Capitán de milicia del pueblo de David
(1782). Miguel Mathías se caso con Luciana de las Mercedes Araúz González, hija
de Juan Don Joseph Araúz Lozada uno de los hacendados de mayor poder económico,
político y social en la región, descendiente de una de las familias burguesas
dueños de ricos hatos ganaderos en Penonomé y Chame que emigraron al interior
de la provincia provenientes de la ciudad de Panamá, luego que Henry Morgan la
saqueara. La familia Araúz con sus
parientes por consanguinidad y afinidad, constituyeron el principal tronco
raizal de esa naciente colectividad. "Su poder se materializó como dueños
de haciendas, terratenientes, con posesión de considerable cantidad de ganado
vacuno y caballar, numerosos esclavos e indios agregados; estos dos últimos
rubros estaban encargados de la labor de vaquera, en los servicios domésticos,
como entes de alquiler y algunos negros o mulatos utilizados en trabajos
artesanales, tiendas, carniceras y en trapiches.
Mediante este
enlace matrimonial González Candanedo Thenorio accede a mayor capital económico
e influencia política y social. Luciana
de las Mercedes tenía tratos comerciales con Pedro Olasagarre y Juan Anzotegui
residentes en Perú. Es así como el núcleo
familiar de los González Candanedo Araúz realizan intercambios comerciales de
carnes secas y cueros de los ganados de sus haciendas con Paita y Piura en el
Perú.
Ya para el año
1781, los González Candanedo Araúz mantenían ganados y haciendas al noroeste de
David, en las áreas de Cochea, Bijagual, Guayaba, Zambrano y la Montera, entre
ríos y quebradas afluentes del río Chiriquí.
Es a partir de
la unión de Miguel Mathías González Candanedo Thenorio y Luciana de las
Mercedes Araúz que se constituyen los troncos familiares de la familia
Candanedo (Gallegos Candanedo, Martínez Candanedo, Candanedo Medina y Candanedo
Famanía, ver articulo en este blog “Los Candanedo: troncos familiares y nexos
políticos en el siglo XIX”).
Con la
decadencia del Gobierno español a principios del siglo XVIII, a causa de las
guerras de sucesión, obligó al Estado a emitir cédulas reales en 1703 y 1705,
para indultos y composiciones de tierras en el Reino de Tierra Firme, “…para
socorro y por estrecheces en las Cajas Reales.” En ese rubro el
gobierno español recaudo en el territorio panameño, dieciocho mil novecientos
cuarenta pesos; la provincia de Veragua pago tres mil, distribuidos por mitad
entre los vecinos y hacendados de Santiago de Veragua y Santiago de Alanje, en
la cual los Araúz fueron contribuyentes.
Destacan entre
los descendientes de Miguel Mathías y Lucina, Rafael Candanedo Araúz y José
Antonio Candanedo Araúz troncos de las familias Candanedo Famanía y Candanedo
Medina.
Casa de José Antonio Candanedo Araúz y Andrea Medina en David.
En esta residencia se alojoel General Francisco Morazán en su estadía en Chiriquí,
donde escribió su "Manifiesto de David, al pueblo de Centro América".
Rafael Candanedo
Araúz igualmente como su padre y abuelo, ocupo cargos políticos por la región,
durante la unión del estado panameño a la república de Colombia, como alcalde
parroquial de David (1837), Jefe político del Cantón de Alanje (1839), casado
con María Manuela Famanía Bracho mantenían negocios de carga marina desde 1844
y haciendas heredadas de sus padres en el área de Cochea, Bijagual y la
Montera. De esta unión nacen en 1807
Encarnación Candanedo Famanía y Rafael Candanedo Famanía.
Rafael Candanedo Famanía
Igualmente José
Antonio Candanedo Araúz se desempeño como Jefe político del Cantón de Bocas del
Toro (1837-1841), jefe del departamento de Aduanas, recaudador de Hacienda y
colector de diezmos de la Parroquia de San José de David. Casado con Andrea Medina del este matrimonio
pasan a posesión de José Antonio la hacienda de Chiman, la cual el municipio de
Alanje vendió en 1728 al presbítero Francisco Falcón (Sección de Planos e
Historia, expediente 459, caja 36). Sin embargo, en 1790, Falcón vendió estas
tierras a la señora María Josefa Medina Araúz en cien pesos y ella a su yerno
José Antonio González Candanedo Araúz en el mismo precio, en 1821. Los
sucesores de este, su esposa Andrea Medina, sus hijos Mariano, Buenaventura,
Ana, Rosaura María y Antonia, la poseyeron desde 1848 hasta 1918, cuando fue
nuevamente indultada y con posesión de titulo a favor de Francisco María,
Miguel y Buenaventura Candanedo Miranda. Esta
extensa hacienda está localizada al noreste de David, en el corregimiento de
Bijagual y sus linderos son: “norte, río Chiriquí; lugar de Torin; sur,
confluencia de la Quebrada Grande con el Río Chiriquí; al este el río Chiriquí;
oeste, la Quebrada Grande y camino a Zambrano.
Las haciendas de
Cochea y Bijagual en manos de José Antonio González Candanedo Araúz y Rafael
González Candanedo Araúz, la mayoría de ellas administradas por mayorales y
vaqueros esclavos, luego de su liberación, optaron por contratar como mayorales
a algunos labradores.
De acuerdo a
inventario realizado por Colombia en la región para el ultimo curto del siglo
XIX el mayor propietario ganadero es una mujer, inmigrante peruana, Manuela de
Aguilar y Tavara, con tres hatos diferentes, el más grande en el municipio de
San Lorenzo, que suman 3,860 cabezas de ganado mayor, a quien sigue otra mujer,
Andrea Medina (esposa de José Antonio Candanedo Araúz) con un hato en David de
2,400 reses. Luego tenemos a Pedro
Romero, inmigrante de Santiago, con 1,000 bovinos en San Félix, Dionisio Lambert, vicecónsul francés, con 999
en San Pablo y David, a quien sigue Agustín Jované López, inmigrante de la burguesía de Panamá (esposo
de Manuela de Aguilar) con 920 cabezas de ganado en Alanje y David.
A finales del
siglo XIX y ya en la cúspide de los valores pecuarios, sobresalen en todo el
contorno en estudio los Candanedo Medina, pues ellos eran dueños de cuatro mil
cien reses. Lo que representaba dos veces y algo más, del total de
la ganadería de Cochea, aproximadamente. Ganados que pastaban
libremente en Cochea, Bijagual y Gualaca. Ellos habían podido
acumular un considerable capital en ganadería, que para la época representaba
la suma de treinta y dos mil pesos colombianos.
Buenaventaura Candanedo Miranda
Esta riqueza
ganadera estaba en poder de Ana, Antonia, Rosaura, Mariano y Miguel Candanedo
Medina, como herencia por parte de sus padres, Don José Antonio González
Candanedo Araúz y doña Andrea Medina Araúz, familia sumamente influyente, en la
vida económica, social y política de Chiriquí.
El poder económico, político y
social que gozaron los descendientes de Mathías González Candanedo durante los
siglos XVIII y XIX en el occidente de la república de Panamá estuvo relacionado
primeramente con la condición de esté como peninsular proveniente de un linaje de
probada hidalguía, permitiéndolo formar parte de la hermética sociedad colonial
hispana, tanto a él como sus descendientes logrando relaciones de afinidad y
consanguinidad con familias arraigadas en la región provenientes de metrópoli panameña;
los Thenorio, los Araúz y los Medina. Las
relaciones de afinidad y consanguinidad sumada al poder político prácticamente heredado
por tres generaciones y la consecuente relación con la iglesia hicieron de esta
familia la de mayor poder económico asociado con la actividad pecuaria en la
región.
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