sábado, 28 de mayo de 2011

La Guerra de los Mil días

El conflicto entre liberales y conservadores en Colombia, se extiende a Panamá hasta el 21 de noviembre de 1902, con la firma del tratado de Wisconsin.

El gobierno conservador había determinado dictaminar que “…todos los panameños entre 18 y 60 años estaban obligados a tomar las armas, en su defecto, pagar al gobierno una exención de 25 pesos y los impuestos para sufragar la guerra”.  Efectivamente según registros en el diario elaborado por Don Rafael Candanedo Famanía en 1899; el pago el 27 de noviembre por la exención del servicio militar de sus hijos, Rafael Nicolás, Francisco y Luis A., a quince pesos por cada uno (total, cuarenta y cinco pesos).  Las leyes de guerra así lo contemplan.  

En esa época de las guerras civiles, se vivieron situaciones sumamente difíciles, de persecución, crisis económica y alimentaria, desasosiego familiar y temor. Y sobre todo, hubo desmembramiento familiar y quiebra de la economía ganadera.

Durante ese periodo, Don Ismael Candanedo Miranda, ejerció el cargo de Alcalde del Distrito de David, en representación del gobierno revolucionario liberal.  En cumplimiento de su deber tomo medidas coercitivas que le produjeron enemistades con sus familiares y miembros del partido conservador.  Incluso, algunos dirigentes y vecinos de Bijagual, Cochea y David, donde tuvo que cumplir normas de restricción y movilización ciudadana ordenadas por el general Benjamín Herrera.

Los Candanedo Medina por su considerable riqueza ganadera, fueron víctimas de elevadas contribuciones de guerra y saqueo de sus ganaderías de Bijagual y Rincón Largo de Gualaca. Así lo confirman las denuncias escritas por el presidente De Obaldía Gallegos, cuando registra lo siguiente: “…los restauradores liberales enemigos de la provincia, redujeron a prisión a las respetables señoras Candanedo Medina, con escolta en la casa de ellas, les impusieron veinticinco mil pesos de plata de contribución de guerra y les tomó ganado vacuno y caballerías, con todo: no hay comparación posible con las inauditas infamias cometidas con esas ancianas señoras, por los herreristas”.

Documentos históricos demuestran cómo se descapitalizaron las señoras Candanedo Medina.  Para cubrir parte de las contribuciones de Guerra  exigidas, en mayo de 1902, tuvieron que hipotecar reses al Sr. Pedro Lassonde, francés, por la suma de trescientos pesos.  Además, debieron firmar compromisos con dueños de tiendas, boticas y entregar oro en efectivo, cuya suma total fue de quince mil pesos. 

De este conflicto partidista, surgirán diferencias y divisiones familiares, como el caso de Don Ismael Candanedo Miranda, que tuvo que seguir disposiciones de los militares colombianos, como el general Lucas Caballero y militantes del partido liberal en Chiriquí, incluso, en contra de sus familiares, con la imposición de contribuciones de guerra, cobro de impuestos de inmuebles y semovientes a las señoritas Candanedo Medina.

La economía ganadera de los sectores de Cochea y Bijagual durante la mencionada guerra y años después, experimento quiebra, disminución considerable de la producción ganadera y de su capital; incluso a los medianos y pequeños productores en ese rubro, como los Ríos Gutiérrez, los Candanedo Famanía, los Candanedo Guerra, los Del Cid, los Acosta, los Gaitán, los Cano, los Jurado se les exigió, en menor proporción, contribuciones de guerra, ya sea por parte del ejercito restaurador liberal o por parte de los conservadores.

Mujeres valientes de Cochea y Bijagual como Marcelina Acosta, Catalina Guerra Castillo, Rufina Gutiérrez, María de los Santos Acosta, Faustina Gutiérrez, Encarnación González de Candanedo, Margarita y Claudia Candanedo, para evitar tales atropellos y salvar parte de su economía y pudor, lograron trasladar el ganado de sus familias a las montañas de Gualaca.  Ellas se pusieron bajo el amparo del vicecónsul francés, Don Ulises Lescure, quien había enarbolado la bandera de Francia, en su residencia en Dolega.  Respetándose así, la presencia de sus protegidas, dado su fuero diplomático.

Ismael Candanedo Miranda, como hemos visto ejerció el cargo de alcalde por el partido liberal, participó en el combate de San Pablo, en las filas del general Manuel Quintero Villarreal; no obstante, luego de retomar el poder los conservadores en Chiriquí, se inicia una desmedida persecución contra los liberales que de una manera u otra habían participado en los combates o ejecutado persecuciones partidistas.  Entre ellos, Don Ismael Candanedo Miranda, Don Ernesto Candanedo Miranda y los hermanos, Norberto, Juan y Daniel Jurado Vega, de Los Cerrillos.

Había órdenes de apresar a Don Ismael Candanedo Miranda, a Don Mariano Candanedo Miranda y a Don Ernesto Candanedo Miranda, pertenecientes al partido liberal, sin embargo su hermano Miguel Candanedo Miranda era de las filas del partido conservador.  Situación que produjo diferencias y alejamientos entre unos y otros; no obstante, al saber de la persecución de algunos de sus hermanos de filiación liberal, su hermano oponente, Don Miguel Candanedo Miranda no dudo en tratar de esconderlos o procurar su huida.

Don Abel Candanedo Moreno narra que en sus recuerdos de niñez en Bijagual, durante esos días aciagos las huestes conservadoras “…aun sin amanecer, cercaron nuestra casa y se llevaron preso a mi padre y mi pobre madre quedo llorando con sus tres hijos pequeños, agarrados a sus enaguas”.

Como se ha visto, los Candanedo Medina, para la Guerra de los Mil Días, prácticamente quedaron arruinados.   Se les exigió pago de contribuciones de guerra e impuestos por la suma de veinticinco mil pesos colombianos.













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